ORACIÓN A MARÍA DOLOROSA
Oh María, hoy una espada
terrible ha traspasado Tu santa alma. Nadie sabe de Tu sufrimiento, excepto
Dios. Tu alma no se quebranta, sino que es Valiente porque está con Jesús.
Dulce María, une mi alma a Jesús, porque sólo entonces podré resistir todas las
pruebas y tribulaciones, y sólo mediante la unión con Jesús, mis pequeños
sacrificios complacerán a Dios. Dulcísima Madre, continúa enseñándome sobre la
vida interior. Que la espada del sufrimiento no me abata jamás.
Oh Virgen pura, derrama
valor en mi corazón y protégelo. P. 915 (S. Faustina)
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