COMO REZAR EN EL DÍA DE LA FIESTA DE LA DIVINA MISERICORDIA
Santa Faustina Kowalska,
que es conocida como la mensajera de la Divina Misericordia, recibió
revelaciones místicas en las que Jesús le mostró su corazón, fuente de
misericordia y le expresó su deseo de que se estableciera esta fiesta. El Papa
dedicó una de sus encíclicas a la Divina Misericordia («Dives in misericordia»)
La Santa Sede decreta Día de la Divina Misericordia
La Congregación para el
Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos publicó el 23 de mayo del 2000
un decreto en el que se establece, por indicación de san Juan Pablo II, la
Fiesta de la Divina Misericordia, que tendrá lugar el segundo domingo de
Pascua.
La denominación oficial de
este día litúrgico será «segundo domingo de Pascua o de la Divina
Misericordia».
Ya el Papa lo había
anunciado durante la canonización de sor Faustina Kowalska, el 30 de abril: «En
todo el mundo, el segundo domingo de Pascua recibirá el nombre de domingo de la
Divina Misericordia. Una invitación
perenne para el mundo cristiano a afrontar, con confianza en la benevolencia
divina, las dificultades y las pruebas que esperan al genero humano en los años
venideros».
"La humanidad no
conseguirá la paz hasta que no se dirija con confianza a Mi misericordia"
(Diario, 300)
La Fiesta de la Divina
Misericordia tiene como fin principal hacer llegar al corazón de cada persona
el siguiente mensaje: Dios es
Misericordioso y nos ama a todos. "... y cuanto más grande es el pecador,
tanto más grande es el derecho que tiene a Mi misericordia." (Diario, 723).
En este mensaje, que
Nuestro Señor nos ha hecho llegar por medio de santa Faustina, se nos pide que
tengamos plena confianza en la Misericordia de Dios, y que seamos siempre
misericordiosos con el prójimo a través de nuestras palabras, acciones y
oraciones... "porque la fe sin obras, por fuerte que sea, es inútil."
(Diario, 742).
Con el fin de celebrar
apropiadamente esta festividad, se recomienda rezar la Coronilla y la Novena a
la Divina Misericordia; confesarse –para lo cual es indispensable realizar
primero un buen examen de conciencia– y recibir la Santa Comunión el día de la
Fiesta de la Divina Misericordia.
→ Biografía de santa Faustina y mensajes dados por ella a la
vidente Maureen Sweeney-Kyle ←
LA ESENCIA DE LA DEVOCIÓN
La esencia de la devoción
se sintetiza en cinco puntos fundamentales:
1. Debemos
confiar en la Misericordia del Señor.
Jesús, por medio de sor
Faustina nos dice: "Deseo conceder gracias inimaginables a las almas que
confían en Mi misericordia. Que se acerquen a ese mar de misericordia con gran
confianza. Los pecadores obtendrán la justificación y los justos serán
fortalecidos en el bien. Al que haya depositado su confianza en Mi
misericordia, en la hora de la muerte le colmaré el alma con Mi paz
divina."
2. La
confianza es la esencia –el alma– de esta devoción y, a la vez, la condición
para recibir gracias.
"Las gracias de Mi
misericordia se toman con un solo recipiente y éste es la confianza. Cuanto más
confíe un alma, tanto más recibirá. Las almas que confían sin límites son Mi
gran consuelo y sobre ellas derramo todos los tesoros de Mis gracias. Me alegro
de que pidan mucho porque mi deseo es dar mucho, muchísimo. El alma que confía
en Mi misericordia es la más feliz, porque Yo mismo tengo cuidado de ella.
Ningún alma que ha invocado Mi misericordia ha quedado decepcionada ni ha
sentido confusión. Me complazco particularmente en el alma que confía en Mi
bondad."
3. La
misericordia define nuestra actitud ante cada persona.
"Exijo de ti obras de
misericordia que deben surgir del amor hacia Mí. Debes mostrar misericordia
siempre y en todas partes. No puedes dejar de hacerlo ni excusarte ni justificarte.
Te doy tres formas de ejercer misericordia: la primera es la acción; la
segunda, la palabra; y la tercera, la oración. En estas tres formas se encierra
la plenitud de la misericordia y es un testimonio indefectible del amor hacia
Mí. De este modo el alma alaba y adora Mi misericordia."
4. La
actitud del amor activo hacia el prójimo es otra condición para recibir
gracias.
"Si el alma no
practica la misericordia de alguna manera no conseguirá Mi misericordia en el
día del juicio. Oh, si las almas supieran acumular los tesoros eternos, no
serían juzgadas, porque la misericordia anticiparía Mi juicio."
5. El
Señor Jesús desea que Sus devotos hagan por lo menos una obra de misericordia
al día.
"Debes saber, hija
Mía que Mi Corazón es la misericordia misma. De este mar de misericordia las
gracias se derraman sobre todo el mundo. Deseo que tu corazón sea la sede de Mi
misericordia. Deseo que esta misericordia se derrame sobre todo el mundo a
través de tu corazón. Cualquiera que se acerque a ti, no puede marcharse sin
confiar en esta misericordia Mía que tanto deseo para las almas."
"Las almas que
confían sin límites son mi gran consuelo."
"Debes mostrar
misericordia siempre y en todas partes."
"Deseo que tu corazón
sea la sede de Mi misericordia."
"Deseo conceder
gracias inimaginables."
CORONILLA DE LA DIVINA MISERICORDIA
Se utiliza un rosario
común de cinco decenas.
1. Comenzar con un Padrenuestro, un Avemaría y un Credo.
V. Padre
Nuestro, que estás en el Cielo,
santificado sea tu Nombre; venga a
nosotros Tu Reino; hágase Tu Voluntad, en la tierra como en el Cielo.
R. Danos
hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos
del mal. Amén.
V. Dios
te Salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres
entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
R. Santa
María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
Creo
en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra. Creo en Jesucristo, su único
Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,
nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue
crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día
resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre
todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los
santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida
eterna. Amén.
Del diario de Santa María Faustina Kowalska:
"Alienta a las
personas a decir la Coronilla que te he dado... Quien la recite recibirá gran
misericordia a la hora de la muerte. Los
sacerdotes la recomendarán a los pecadores como su último refugio de
salvación. Aun si el pecador más empedernido
hubiese recitado esta Coronilla al menos una vez, recibirá la gracia de Mi
infinita Misericordia. Deseo conceder
gracias inimaginables a aquellos que confían en Mi Misericordia."
"Escribe que cuando
digan esta Coronilla en presencia del moribundo, Yo me pondré entre mi Padre y
él, no como Justo Juez sino como Misericordioso Salvador."
2. Al comenzar cada decena (cuentas del Padrenuestro) decir:
"Padre Eterno, te
ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo,
Nuestro Señor Jesucristo, para el perdón de nuestros pecados y los del mundo
entero."
3. En las cuentas de las Avemarías decir:
"Por Su dolorosa
Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero."
4. Al finalizar las cinco decenas de la coronilla se repite tres
veces:
"Santo Dios, Santo
Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero."
Oraciones
"Expiraste, Jesús,
pero la fuente de vida brotó inmensamente para las almas, y el océano de
Misericordia se abrió por todo el mundo. Oh fuente de Vida, Oh Misericordia
Infinita, abarca el mundo entero y derrámate sobre nosotros."
"Oh Sangre y Agua,
que brotaste del Corazón de Jesús como una Fuente de Misericordia para
nosotros, en Vos confío."
NOVENA A LA DIVINA MISERICORDIA
Jesús le pidió a sor
Faustina que esta fiesta de la Divina Misericordia fuera precedida por una
novena a la Divina Misericordia que se comienza el Viernes Santo.
“Deseo que durante esos
nueve días traigas almas a la fuente de Mi misericordia, que de allí podrán
tomar fuerza y consuelo y cualquier gracia que necesiten en las adversidades de
la vida, especialmente en la hora de la muerte.” (Diario, 1209)
“... Cada día le rogarás a
Mi Padre, en la fortaleza de Mi Pasión, por las gracias para estas almas.”
Almas por las cuales se reza cada
día esta novena:
Día 1: Por toda la
humanidad, especialmente los pecadores.
Día 2: Por los sacerdotes
y religiosos.
Día 3: Por todos los
devotos y creyentes.
Día 4: Por aquellos que no
creen en Dios y los que aún no conocen a Jesús.
Día 5: Por aquellos que se
han apartado de la Iglesia.
Día 6: Por los mansos y humildes
y por los niños.
Día 7: Por aquellos que
especialmente veneran y glorifican Su misericordia.
Día 8: Por las almas del
Purgatorio.
Día 9: Por aquellos que se
han vuelto tibios e indiferentes.
Esta devoción de la novena
y la coronilla de la Divina Misericordia, debe de convertirse en nuestra
oración diaria, de esta manera rezamos por nuestros hermanos y hermanas y
ofrecemos el Precioso Cuerpo y la Sangre de Cristo por sus necesidades y las
nuestras.
Primer Día
“Hoy, tráeme a toda la
humanidad y especialmente a todos los pecadores, y sumérgelos en el mar de Mi
Misericordia. De esta forma, me consolarás de la amarga tristeza en que me sume
la perdida de las almas."
Jesús Misericordiosísimo,
cuya naturaleza es la de tener compasión de nosotros y de perdonarnos, no mires
nuestros pecados, sino la confianza que depositamos en Tu bondad infinita.
Acógenos en la morada de Tu compasivísimo corazón y nunca nos dejes escapar de
él. Te lo suplicamos por Tu amor que te
une al Padre y al Espíritu Santo.
Padre Eterno, mira con
misericordia a toda la humanidad y especialmente a los pobres pecadores que
están encerrados en el compasivísimo Corazón de Jesús y por su dolorosa pasión
muéstranos Tu misericordia para que alabemos la omnipotencia de Tu misericordia
por los siglos de los siglos. Amén.
Rezar la Coronilla a la Divina Misericordia.
Segundo Día
“Hoy, tráeme a las almas
de los sacerdotes y los religiosos, y sumérgelos en Mi Misericordia insondable.
Fueron ellas las que me dieron fortaleza para soportar mi amarga pasión. A
través de ellas, como a través de canales, Mi Misericordia fluye hacia la
humanidad.”
Jesús Misericordiosísimo,
de quien procede todo bien, aumenta Tu gracia en nosotros para que realicemos
dignas obras de misericordia, de manera que todos aquellos que nos vean,
glorifiquen al Padre de Misericordia que está en el Cielo.
Padre Eterno, mira con
misericordia al grupo elegido de Tu viña, a las almas de los sacerdotes y a las
almas de los religiosos; otórgales el poder de Tu bendición. Por el amor del
Corazón de Tu Hijo, en el cual están encerradas, concédeles el poder de Tu luz
para que puedan guiar a otros en el camino de la salvación y a una sola voz
canten alabanzas a Tu misericordia sin limite, por los siglos de los siglos.
Amén.
Rezar la Coronilla a la Divina Misericordia.
Tercer Día
“Hoy, tráeme a todas las
almas devotas y fieles, y sumérgelas en el mar de Mi Misericordia. Estas almas
me consolaron a lo largo del Vía Crucis. Fueron una gota de consuelo en medio
de un mar de amargura.”
Jesús Misericordiosísimo
que desde el tesoro de Tu misericordia les concedes a todos Tus gracias en gran
abundancia, acógenos en la morada de Tu compasivísimo Corazón y nunca nos dejes
escapar de él. Te lo suplicamos por el inconcebible amor Tuyo con que Tu
corazón arde por el Padre Celestial.
Padre Eterno, mira con
misericordia a las almas fieles como herencia de Tu Hijo y por Su dolorosa
pasión concédeles Tu bendición y rodéales con Tu protección constante para que
no pierdan el amor y el tesoro de la santa fe, sino que con toda la legión de
los ángeles y los santos, glorifiquen Tu infinita misericordia por los siglos
de los siglos. Amén.
Rezar la Coronilla a la Divina Misericordia.
Cuarto Día
“Hoy, tráeme a aquellos
que no creen en Dios, y a aquellos que todavía no me conocen. También pensaba
en ellos durante Mi amarga pasión y su futuro celo consoló Mi Corazón.
Sumérgelos en el mar de Mi Misericordia.”
Jesús compasivísimo, que eres la luz del mundo entero. Acoge en la
morada de Tu piadosísimo Corazón a las almas de aquellos que no creen en Dios y
de aquellos que todavía no te conocen. Que los rayos de Tu gracia las iluminen
para que también ellas unidas a nosotros,
ensalcen Tu misericordia admirable y no las dejes salir de la morada de
Tu compasivísimo Corazón.
Padre Eterno, mira con
misericordia a las almas de aquellos que no creen en Ti y de los que todavía no
te conocen, pero que están encerrados en el compasivísimo Corazón de Jesús.
Atráelas hacia la luz del Evangelio. Estas almas desconocen la gran felicidad
que es amarte. Concédeles que también ellas ensalcen la generosidad de Tu
misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
Rezar la Coronilla a la
Divina Misericordia.
QUINTO DÍA
0“Hoy, tráeme a las almas de los hermanos
separados y sumérgelas en el mar de Mi misericordia. Durante Mi amarga pasión,
desgarraron Mi Cuerpo y mi Corazón, es decir, Mi Iglesia. Conforme regresan a
la Iglesia, Mis llagas cicatrizan y de este modo alivian Mi pasión.”
Jesús Misericordiosísimo
que eres la bondad misma, Tu no niegas la luz a quienes te la piden. Acoge en
la morada de Tu compasivísimo corazón a las almas de nuestros hermanos
separados y llévalas con Tu luz a la unidad con la Iglesia y no las dejes
escapar de la morada de tu compasivísimo Corazón, sino haz que también ellas
glorifiquen la generosidad de Tu misericordia.
Padre Eterno, mira con
misericordia a las almas de nuestros hermanos separados, especialmente a
aquellos que han malgastado Tus bendiciones y han abusado de Tus gracias por
persistir obstinadamente en sus errores. No mires sus errores sino el amor de
Tu Hijo y Su amarga pasión que sufrió por ellos, ya que también ellos están
encerrados en el compasivísimo Corazón de Jesús. Haz que también ellos
glorifiquen Tu gran misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
Rezar la Coronilla a la Divina Misericordia.
Sexto Día
“Hoy, tráeme a las almas
mansas y humildes y las almas de los niños pequeños y sumérgelas en Mi
Misericordia. Estas son las almas semejantes a Mi Corazón. Ellas me fortalecieron
durante Mi amarga agonía. Las veía como ángeles terrestres que velarían al pie
de mis altares. Sobre ellas derramo torrentes enteros de gracia. Solamente el
alma humilde es capaz de recibir Mi gracia; concedo Mi confianza a las almas
humildes.”
Jesús Misericordiosísimo,
Tú mismo has dicho: 'Aprended de mí que Soy manso y humilde de Corazón'. Acoge
en la morada de Tu compasivísimo Corazón a las almas mansas y humildes y a las
almas de los niños pequeños. Estas almas llevan a todo el cielo al éxtasis y
son las preferidas del Padre Celestial. Son un ramillete perfumado ante el
trono de Dios, de cuyo perfume se deleita Dios mismo. Estas almas tienen una
morada permanente en Tu compasivísimo corazón y cantan sin cesar un himno de
amor y misericordia por la eternidad.
Padre Eterno, mira con
misericordia a las almas mansas y humildes y a las almas de los niños pequeños
que están encerradas en el compasivísimo Corazón de Jesús. Estas almas son las
más semejantes a Tu Hijo. Su fragancia asciende desde la tierra y alcanza Tu
trono.
Padre de misericordia y de
toda bondad, te suplico por el amor que tienes por estas almas y por el gozo
que te proporcionan, bendice al mundo entero para que todas las almas canten
juntas las alabanzas de Tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
Rezar la Coronilla a la Divina Misericordia.
Séptimo Día
“Hoy, tráeme a las almas
que veneran y glorifican Mi misericordia de modo especial y sumérgelas en Mi
misericordia. Estas almas son las que más lamentaron Mi pasión y penetraron más
profundamente en Mi espíritu. Ellas son un reflejo viviente de mi Corazón
compasivo. Estas almas resplandecerán con un resplandor especial en la vida
futura. Ninguna de ellas irá al fuego del Infierno. Defenderé de modo especial
a cada una en la hora de la muerte.”
Jesús Misericordiosísimo,
cuyo Corazón es el amor mismo, acoge en la morada de Tu compasivísimo Corazón a
las almas que veneran y ensalzan de modo particular la grandeza de Tu
misericordia. Estas almas son fuertes con el poder de Dios mismo, en medio de
toda clase de aflicciones y adversidades, siguen adelante confiadas en Tu
misericordia y unidas a Ti, ellas cargan sobre sus hombros a toda la humanidad.
Estas almas no serán juzgadas severamente sino que Tu Misericordia las envolverá
en la hora de la muerte.
Padre Eterno, mira con
misericordia aquellas almas que glorifican y veneran a Tu mayor atributo, es
decir, Tu Misericordia insondable y que están encerradas en el compasivísimo
Corazón de Jesús. Estas almas son un evangelio viviente, sus manos están llenas
de obras de misericordia y sus corazones desbordantes de gozo cantan a Ti, Oh
Altísimo, un cántico de misericordia. Te suplico, oh Dios, muéstrales la
misericordia según la esperanza y la confianza que han puesto en Ti. Que se cumpla
en ellas la promesa de Jesús, quien les dijo:
“…a las almas que veneren esta infinita misericordia Mía, Yo mismo las
defenderé como Mi Gloria durante sus vidas y especialmente en la hora de la
muerte.”
Rezar la Coronilla a la Divina Misericordia.
Octavo Día
“Hoy, tráeme a las almas
que están en la cárcel del Purgatorio y sumérgelas en el abismo de Mi
Misericordia. Que los torrentes de Mi sangre refresquen el ardor del
Purgatorio. Todas estas almas son muy amada s por Mí. Ellas cumplen con el
justo castigo que se debe a Mi Justicia. Está en tu poder llevarles alivio. Haz
uso de todas las indulgencias del tesoro de mi Iglesia y ofrécelas en su
nombre. Oh, si conocieras los tormentos que ellas sufren, ofrecerías
continuamente por ellas las limosnas del espíritu y salvarías las deudas que
tienen con Mi justicia.”
Jesús Misericordiosísimo,
Tu mismo has dicho que deseas la misericordia, he aquí, yo, que llevo a la
morada de tu compasivísimo Corazón a las almas del Purgatorio, almas que te son
muy queridas, pero que deben pagar su culpa adeudada a Tu justicia. Que los
torrentes de sangre y agua que brotaron de Tu Corazón, apaguen el fuego del
Purgatorio para que también allí sea glorificado el poder de Tu misericordia.
Padre Eterno, mira con
misericordia a las almas que sufren en el Purgatorio y que están encerradas en
el compasivísimo Corazón de Jesús. Te suplico por la dolorosa pasión de Jesús,
Tu Hijo, y por toda la amargura con la cual Su sacratísima alma fue inundada,
muestra Tu misericordia a las almas que están bajo Tu justo escrutinio. No las
mires sino a través de las heridas de Jesús, Tu amadísimo Hijo, ya que creemos
que Tu bondad y Tu compasión no tienen limites. Amén.
Rezar la Coronilla a la Divina Misericordia.
Noveno Día
“Hoy, tráeme a las almas
tibias y sumérgelas en el abismo de Mi misericordia. Estas almas son las que
más dolorosamente hieren Mi Corazón. A causa de las almas tibias, Mi alma
experimentó la más intensa repugnancia en el Huerto de los Olivos. A causa de
ellas dije: Padre, aleja de Mí este cáliz, si es Tu voluntad. Para ellas, la última tabla de salvación
consiste en recurrir a Mi misericordia.”
Jesús Misericordiosísimo,
que eres la compasión misma, te traigo a las almas tibias a la morada de Tu
piadosísimo Corazón. Que estas almas heladas que se parecen a cadáveres y te
llenan de gran repugnancia se calienten con el fuego de Tu amor puro. Oh, Jesús
compasivísimo, ejercita la omnipotencia de Tu misericordia y atráelas al mismo
ardor de Tu amor y concédeles el amor santo, porque Tú lo puedes todo.
Padre Eterno, mira con
misericordia a las almas tibias que, sin embargo, están encerradas en el
piadosísimo Corazón de Jesús. Padre de la Misericordia, te suplico por la
amarga pasión de Tu Hijo y por Su agonía de tres horas en la cruz, permite que
también ellas glorifiquen el abismo de Tu Misericordia. Amén.
Rezar la Coronilla a la Divina Misericordia.
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