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jueves, 26 de diciembre de 2019

COMO REZAR EN LA FIESTA DE LA DIVINA MISERICORDIA




COMO REZAR EN EL DÍA DE LA FIESTA DE LA DIVINA MISERICORDIA    

Santa Faustina Kowalska, que es conocida como la mensajera de la Divina Misericordia, recibió revelaciones místicas en las que Jesús le mostró su corazón, fuente de misericordia y le expresó su deseo de que se estableciera esta fiesta. El Papa dedicó una de sus encíclicas a la Divina Misericordia («Dives in misericordia»)

La Santa Sede decreta Día de la Divina Misericordia

La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos publicó el 23 de mayo del 2000 un decreto en el que se establece, por indicación de san Juan Pablo II, la Fiesta de la Divina Misericordia, que tendrá lugar el segundo domingo de Pascua.
La denominación oficial de este día litúrgico será «segundo domingo de Pascua o de la Divina Misericordia».

Ya el Papa lo había anunciado durante la canonización de sor Faustina Kowalska, el 30 de abril: «En todo el mundo, el segundo domingo de Pascua recibirá el nombre de domingo de la Divina Misericordia.  Una invitación perenne para el mundo cristiano a afrontar, con confianza en la benevolencia divina, las dificultades y las pruebas que esperan al genero humano en los años venideros».

"La humanidad no conseguirá la paz hasta que no se dirija con confianza a Mi misericordia" (Diario, 300)

La Fiesta de la Divina Misericordia tiene como fin principal hacer llegar al corazón de cada persona el siguiente mensaje:  Dios es Misericordioso y nos ama a todos. "... y cuanto más grande es el pecador, tanto más grande es el derecho que tiene a Mi misericordia."  (Diario, 723).

En este mensaje, que Nuestro Señor nos ha hecho llegar por medio de santa Faustina, se nos pide que tengamos plena confianza en la Misericordia de Dios, y que seamos siempre misericordiosos con el prójimo a través de nuestras palabras, acciones y oraciones... "porque la fe sin obras, por fuerte que sea, es inútil." (Diario, 742).

Con el fin de celebrar apropiadamente esta festividad, se recomienda rezar la Coronilla y la Novena a la Divina Misericordia; confesarse –para lo cual es indispensable realizar primero un buen examen de conciencia– y recibir la Santa Comunión el día de la Fiesta de la Divina Misericordia.

Biografía de santa Faustina y mensajes dados por ella a la vidente Maureen Sweeney-Kyle  

LA ESENCIA DE LA DEVOCIÓN
La esencia de la devoción se sintetiza en cinco puntos fundamentales:

1. Debemos confiar en la Misericordia del Señor.
Jesús, por medio de sor Faustina nos dice: "Deseo conceder gracias inimaginables a las almas que confían en Mi misericordia. Que se acerquen a ese mar de misericordia con gran confianza. Los pecadores obtendrán la justificación y los justos serán fortalecidos en el bien. Al que haya depositado su confianza en Mi misericordia, en la hora de la muerte le colmaré el alma con Mi paz divina."
2. La confianza es la esencia –el alma– de esta devoción y, a la vez, la condición para recibir gracias.
"Las gracias de Mi misericordia se toman con un solo recipiente y éste es la confianza. Cuanto más confíe un alma, tanto más recibirá. Las almas que confían sin límites son Mi gran consuelo y sobre ellas derramo todos los tesoros de Mis gracias. Me alegro de que pidan mucho porque mi deseo es dar mucho, muchísimo. El alma que confía en Mi misericordia es la más feliz, porque Yo mismo tengo cuidado de ella. Ningún alma que ha invocado Mi misericordia ha quedado decepcionada ni ha sentido confusión. Me complazco particularmente en el alma que confía en Mi bondad."
3. La misericordia define nuestra actitud ante cada persona.
"Exijo de ti obras de misericordia que deben surgir del amor hacia Mí. Debes mostrar misericordia siempre y en todas partes. No puedes dejar de hacerlo ni excusarte ni justificarte. Te doy tres formas de ejercer misericordia: la primera es la acción; la segunda, la palabra; y la tercera, la oración. En estas tres formas se encierra la plenitud de la misericordia y es un testimonio indefectible del amor hacia Mí. De este modo el alma alaba y adora Mi misericordia."

4. La actitud del amor activo hacia el prójimo es otra condición para recibir gracias.
"Si el alma no practica la misericordia de alguna manera no conseguirá Mi misericordia en el día del juicio. Oh, si las almas supieran acumular los tesoros eternos, no serían juzgadas, porque la misericordia anticiparía Mi juicio."
5. El Señor Jesús desea que Sus devotos hagan por lo menos una obra de misericordia al día.
"Debes saber, hija Mía que Mi Corazón es la misericordia misma. De este mar de misericordia las gracias se derraman sobre todo el mundo. Deseo que tu corazón sea la sede de Mi misericordia. Deseo que esta misericordia se derrame sobre todo el mundo a través de tu corazón. Cualquiera que se acerque a ti, no puede marcharse sin confiar en esta misericordia Mía que tanto deseo para las almas."

"Las almas que confían sin límites son mi gran consuelo."

"Debes mostrar misericordia siempre y en todas partes."

"Deseo que tu corazón sea la sede de Mi misericordia."

"Deseo conceder gracias inimaginables."

CORONILLA DE LA DIVINA MISERICORDIA
Se utiliza un rosario común de cinco decenas.

1. Comenzar con un Padrenuestro, un Avemaría y un Credo.

V. Padre Nuestro, que estás  en el Cielo, santificado sea tu Nombre;  venga a nosotros Tu Reino; hágase Tu Voluntad, en la tierra como en el Cielo.
R. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.  Amén.

V. Dios te Salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. 
R. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.  Amén.

Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.  Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está  sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y  muertos.  Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.  Amén.

Del diario de Santa María Faustina Kowalska:
"Alienta a las personas a decir la Coronilla que te he dado... Quien la recite recibirá gran misericordia a la hora de la muerte.  Los sacerdotes la recomendarán a los pecadores como su último refugio de salvación.  Aun si el pecador más empedernido hubiese recitado esta Coronilla al menos una vez, recibirá la gracia de Mi infinita Misericordia.  Deseo conceder gracias inimaginables a aquellos que confían en Mi Misericordia."

"Escribe que cuando digan esta Coronilla en presencia del moribundo, Yo me pondré entre mi Padre y él, no como Justo Juez sino como Misericordioso Salvador."

2. Al comenzar cada decena (cuentas del Padrenuestro) decir:
"Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, para el perdón de nuestros pecados y los del mundo entero."

3. En las cuentas de las Avemarías decir:
"Por Su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero."

4. Al finalizar las cinco decenas de la coronilla se repite tres veces:
"Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero."

Oraciones
"Expiraste, Jesús, pero la fuente de vida brotó inmensamente para las almas, y el océano de Misericordia se abrió por todo el mundo. Oh fuente de Vida, Oh Misericordia Infinita, abarca el mundo entero y derrámate sobre nosotros."
"Oh Sangre y Agua, que brotaste del Corazón de Jesús como una Fuente de Misericordia para nosotros, en Vos confío."

NOVENA A LA DIVINA MISERICORDIA 
Jesús le pidió a sor Faustina que esta fiesta de la Divina Misericordia fuera precedida por una novena a la Divina Misericordia que se comienza el Viernes Santo.

“Deseo que durante esos nueve días traigas almas a la fuente de Mi misericordia, que de allí podrán tomar fuerza y consuelo y cualquier gracia que necesiten en las adversidades de la vida, especialmente en la hora de la muerte.” (Diario, 1209)

“... Cada día le rogarás a Mi Padre, en la fortaleza de Mi Pasión, por las gracias para estas almas.”

            Almas por las cuales se reza cada día esta novena:

Día 1: Por toda la humanidad, especialmente los pecadores.
Día 2: Por los sacerdotes y religiosos.
Día 3: Por todos los devotos y creyentes.
Día 4: Por aquellos que no creen en Dios y los que aún no conocen a Jesús.
Día 5: Por aquellos que se han apartado de la Iglesia.
Día 6: Por los mansos y humildes y por los niños.
Día 7: Por aquellos que especialmente veneran y glorifican Su misericordia.
Día 8: Por las almas del Purgatorio.
Día 9: Por aquellos que se han vuelto tibios e indiferentes.

Esta devoción de la novena y la coronilla de la Divina Misericordia, debe de convertirse en nuestra oración diaria, de esta manera rezamos por nuestros hermanos y hermanas y ofrecemos el Precioso Cuerpo y la Sangre de Cristo por sus necesidades y las nuestras.

Primer Día
“Hoy, tráeme a toda la humanidad y especialmente a todos los pecadores, y sumérgelos en el mar de Mi Misericordia. De esta forma, me consolarás de la amarga tristeza en que me sume la perdida de las almas."
Jesús Misericordiosísimo, cuya naturaleza es la de tener compasión de nosotros y de perdonarnos, no mires nuestros pecados, sino la confianza que depositamos en Tu bondad infinita. Acógenos en la morada de Tu compasivísimo corazón y nunca nos dejes escapar de él.  Te lo suplicamos por Tu amor que te une al Padre y al Espíritu Santo.

Padre Eterno, mira con misericordia a toda la humanidad y especialmente a los pobres pecadores que están encerrados en el compasivísimo Corazón de Jesús y por su dolorosa pasión muéstranos Tu misericordia para que alabemos la omnipotencia de Tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
Rezar la Coronilla a la Divina Misericordia.

Segundo Día
“Hoy, tráeme a las almas de los sacerdotes y los religiosos, y sumérgelos en Mi Misericordia insondable. Fueron ellas las que me dieron fortaleza para soportar mi amarga pasión. A través de ellas, como a través de canales, Mi Misericordia fluye hacia la humanidad.”
Jesús Misericordiosísimo, de quien procede todo bien, aumenta Tu gracia en nosotros para que realicemos dignas obras de misericordia, de manera que todos aquellos que nos vean, glorifiquen al Padre de Misericordia que está en el Cielo.

Padre Eterno, mira con misericordia al grupo elegido de Tu viña, a las almas de los sacerdotes y a las almas de los religiosos; otórgales el poder de Tu bendición. Por el amor del Corazón de Tu Hijo, en el cual están encerradas, concédeles el poder de Tu luz para que puedan guiar a otros en el camino de la salvación y a una sola voz canten alabanzas a Tu misericordia sin limite, por los siglos de los siglos. Amén.
Rezar la Coronilla a la Divina Misericordia.

Tercer Día
“Hoy, tráeme a todas las almas devotas y fieles, y sumérgelas en el mar de Mi Misericordia. Estas almas me consolaron a lo largo del Vía Crucis. Fueron una gota de consuelo en medio de un mar de amargura.”

Jesús Misericordiosísimo que desde el tesoro de Tu misericordia les concedes a todos Tus gracias en gran abundancia, acógenos en la morada de Tu compasivísimo Corazón y nunca nos dejes escapar de él. Te lo suplicamos por el inconcebible amor Tuyo con que Tu corazón arde por el Padre Celestial.

Padre Eterno, mira con misericordia a las almas fieles como herencia de Tu Hijo y por Su dolorosa pasión concédeles Tu bendición y rodéales con Tu protección constante para que no pierdan el amor y el tesoro de la santa fe, sino que con toda la legión de los ángeles y los santos, glorifiquen Tu infinita misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
Rezar la Coronilla a la Divina Misericordia.

Cuarto Día
“Hoy, tráeme a aquellos que no creen en Dios, y a aquellos que todavía no me conocen. También pensaba en ellos durante Mi amarga pasión y su futuro celo consoló Mi Corazón. Sumérgelos en el mar de Mi Misericordia.”

Jesús compasivísimo,  que eres la luz del mundo entero. Acoge en la morada de Tu piadosísimo Corazón a las almas de aquellos que no creen en Dios y de aquellos que todavía no te conocen. Que los rayos de Tu gracia las iluminen para que también ellas unidas a nosotros,  ensalcen Tu misericordia admirable y no las dejes salir de la morada de Tu compasivísimo Corazón.
    
Padre Eterno, mira con misericordia a las almas de aquellos que no creen en Ti y de los que todavía no te conocen, pero que están encerrados en el compasivísimo Corazón de Jesús. Atráelas hacia la luz del Evangelio. Estas almas desconocen la gran felicidad que es amarte. Concédeles que también ellas ensalcen la generosidad de Tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
Rezar la Coronilla a la Divina Misericordia.

QUINTO DÍA
 0“Hoy, tráeme a las almas de los hermanos separados y sumérgelas en el mar de Mi misericordia. Durante Mi amarga pasión, desgarraron Mi Cuerpo y mi Corazón, es decir, Mi Iglesia. Conforme regresan a la Iglesia, Mis llagas cicatrizan y de este modo alivian Mi pasión.”

Jesús Misericordiosísimo que eres la bondad misma, Tu no niegas la luz a quienes te la piden. Acoge en la morada de Tu compasivísimo corazón a las almas de nuestros hermanos separados y llévalas con Tu luz a la unidad con la Iglesia y no las dejes escapar de la morada de tu compasivísimo Corazón, sino haz que también ellas glorifiquen la generosidad de Tu misericordia.

Padre Eterno, mira con misericordia a las almas de nuestros hermanos separados, especialmente a aquellos que han malgastado Tus bendiciones y han abusado de Tus gracias por persistir obstinadamente en sus errores. No mires sus errores sino el amor de Tu Hijo y Su amarga pasión que sufrió por ellos, ya que también ellos están encerrados en el compasivísimo Corazón de Jesús. Haz que también ellos glorifiquen Tu gran misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
Rezar la Coronilla a la Divina Misericordia.

Sexto Día
“Hoy, tráeme a las almas mansas y humildes y las almas de los niños pequeños y sumérgelas en Mi Misericordia. Estas son las almas semejantes a Mi Corazón. Ellas me fortalecieron durante Mi amarga agonía. Las veía como ángeles terrestres que velarían al pie de mis altares. Sobre ellas derramo torrentes enteros de gracia. Solamente el alma humilde es capaz de recibir Mi gracia; concedo Mi confianza a las almas humildes.”

Jesús Misericordiosísimo, Tú mismo has dicho: 'Aprended de mí que Soy manso y humilde de Corazón'. Acoge en la morada de Tu compasivísimo Corazón a las almas mansas y humildes y a las almas de los niños pequeños. Estas almas llevan a todo el cielo al éxtasis y son las preferidas del Padre Celestial. Son un ramillete perfumado ante el trono de Dios, de cuyo perfume se deleita Dios mismo. Estas almas tienen una morada permanente en Tu compasivísimo corazón y cantan sin cesar un himno de amor y misericordia por la eternidad.

Padre Eterno, mira con misericordia a las almas mansas y humildes y a las almas de los niños pequeños que están encerradas en el compasivísimo Corazón de Jesús. Estas almas son las más semejantes a Tu Hijo. Su fragancia asciende desde la tierra y alcanza Tu trono.
Padre de misericordia y de toda bondad, te suplico por el amor que tienes por estas almas y por el gozo que te proporcionan, bendice al mundo entero para que todas las almas canten juntas las alabanzas de Tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
Rezar la Coronilla a la Divina Misericordia.

Séptimo Día
“Hoy, tráeme a las almas que veneran y glorifican Mi misericordia de modo especial y sumérgelas en Mi misericordia. Estas almas son las que más lamentaron Mi pasión y penetraron más profundamente en Mi espíritu. Ellas son un reflejo viviente de mi Corazón compasivo. Estas almas resplandecerán con un resplandor especial en la vida futura. Ninguna de ellas irá al fuego del Infierno. Defenderé de modo especial a cada una en la hora de la muerte.”

Jesús Misericordiosísimo, cuyo Corazón es el amor mismo, acoge en la morada de Tu compasivísimo Corazón a las almas que veneran y ensalzan de modo particular la grandeza de Tu misericordia. Estas almas son fuertes con el poder de Dios mismo, en medio de toda clase de aflicciones y adversidades, siguen adelante confiadas en Tu misericordia y unidas a Ti, ellas cargan sobre sus hombros a toda la humanidad. Estas almas no serán juzgadas severamente sino que Tu Misericordia las envolverá en la hora de la muerte.

Padre Eterno, mira con misericordia aquellas almas que glorifican y veneran a Tu mayor atributo, es decir, Tu Misericordia insondable y que están encerradas en el compasivísimo Corazón de Jesús. Estas almas son un evangelio viviente, sus manos están llenas de obras de misericordia y sus corazones desbordantes de gozo cantan a Ti, Oh Altísimo, un cántico de misericordia. Te suplico, oh Dios, muéstrales la misericordia según la esperanza y la confianza que han puesto en Ti. Que se cumpla en ellas la promesa de Jesús, quien les dijo:  “…a las almas que veneren esta infinita misericordia Mía, Yo mismo las defenderé como Mi Gloria durante sus vidas y especialmente en la hora de la muerte.”
Rezar la Coronilla a la Divina Misericordia.

Octavo Día
“Hoy, tráeme a las almas que están en la cárcel del Purgatorio y sumérgelas en el abismo de Mi Misericordia. Que los torrentes de Mi sangre refresquen el ardor del Purgatorio. Todas estas almas son muy amada s por Mí. Ellas cumplen con el justo castigo que se debe a Mi Justicia. Está en tu poder llevarles alivio. Haz uso de todas las indulgencias del tesoro de mi Iglesia y ofrécelas en su nombre. Oh, si conocieras los tormentos que ellas sufren, ofrecerías continuamente por ellas las limosnas del espíritu y salvarías las deudas que tienen con Mi justicia.”

Jesús Misericordiosísimo, Tu mismo has dicho que deseas la misericordia, he aquí, yo, que llevo a la morada de tu compasivísimo Corazón a las almas del Purgatorio, almas que te son muy queridas, pero que deben pagar su culpa adeudada a Tu justicia. Que los torrentes de sangre y agua que brotaron de Tu Corazón, apaguen el fuego del Purgatorio para que también allí sea glorificado el poder de Tu misericordia.

Padre Eterno, mira con misericordia a las almas que sufren en el Purgatorio y que están encerradas en el compasivísimo Corazón de Jesús. Te suplico por la dolorosa pasión de Jesús, Tu Hijo, y por toda la amargura con la cual Su sacratísima alma fue inundada, muestra Tu misericordia a las almas que están bajo Tu justo escrutinio. No las mires sino a través de las heridas de Jesús, Tu amadísimo Hijo, ya que creemos que Tu bondad y Tu compasión no tienen limites. Amén.
Rezar la Coronilla a la Divina Misericordia.

Noveno Día
“Hoy, tráeme a las almas tibias y sumérgelas en el abismo de Mi misericordia. Estas almas son las que más dolorosamente hieren Mi Corazón. A causa de las almas tibias, Mi alma experimentó la más intensa repugnancia en el Huerto de los Olivos. A causa de ellas dije: Padre, aleja de Mí este cáliz, si es Tu voluntad.  Para ellas, la última tabla de salvación consiste en recurrir a Mi misericordia.”

Jesús Misericordiosísimo, que eres la compasión misma, te traigo a las almas tibias a la morada de Tu piadosísimo Corazón. Que estas almas heladas que se parecen a cadáveres y te llenan de gran repugnancia se calienten con el fuego de Tu amor puro. Oh, Jesús compasivísimo, ejercita la omnipotencia de Tu misericordia y atráelas al mismo ardor de Tu amor y concédeles el amor santo, porque Tú lo puedes todo.

Padre Eterno, mira con misericordia a las almas tibias que, sin embargo, están encerradas en el piadosísimo Corazón de Jesús. Padre de la Misericordia, te suplico por la amarga pasión de Tu Hijo y por Su agonía de tres horas en la cruz, permite que también ellas glorifiquen el abismo de Tu Misericordia. Amén.
Rezar la Coronilla a la Divina Misericordia.


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